domingo, 16 de septiembre de 2012

La montaña sagrada


La montaña más sagrada,
se lleva en el corazón,
ese lugar que imanta
desde siempre y del que no hay separación posible.

En medio de cualquier peregrinaje,
cuando se pierde el sentido, cuando el viajero se desorienta...
la única salida válida es asociarse a un punto fijo de referencia,
alguna estrella, el sol de día, algo que guíe: la conciencia misma.

La única opción segura
en el sendero hacia la cima
es entregarse a amar,
porque el amor transporta a lo que las cosas son.

Y después de esa entrega, ser transportados por eso que sabe,
y comprender que todo tiene sentido,
que todos los caminos
son el sendero hacia el lugar del que todos los ríos parten.

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