Amor y conciencia

El amor sucede
y todo cuanto siente
adquiere un brillo y una intensidad propios de su existencia, propios de ser.

La conciencia emerge
y todo cuanto advierte
está conectado, unido, con la sencilla elegancia fluida de todo lo que es.

La experiencia consciente ya sabe lo que la conciencia es y, aparejada, la bienaventuranza,
ese amor
fluye ilimitado y transparente,
a nada colorea y a todo vivifica.

Hay quien llega por el saber a amar y hay quien en el amor cabalga hasta el saber.

Amor y conciencia,
informes y sin forma,
la misma información que todo lo sustenta y que todo conforma.
Son a la vez lo mismo en todas partes.

Trasfondo

Atrás, más allá, al fondo de todo lo que se ve,
siempre aquella
quieta
evidencia que todo lo sostiene:
el paisaje y las montañas,
las nubes y la lluvia,
la tarde y las campanas...
la madre que descansa, los niños que juegan a hacerse fotos con el padre,
el trenecito y la terraza,
una tarde de agosto,
turistas en una ciudad desconocida,
palomas y escaleras.
El atardecer de un día sin igual,
y en el trasfondo,
esa nueva percepción del mundo.

Las siete leyes

1. Tómate las cosas serias con humor.

2. Tómate el humor muy en serio.

3. En la vida, todo es cuestión de actitud.

4. No le tengas miedo al amor.

5. Ya descansarás cuando estés muerto, si acaso.

6. No desperdicies el tiempo con gente anodina.

7. Incumple las leyes anteriores cuando te de la gana.

Esos ojos

Igual que las gotas al caer
se juntan con el río
dejando apenas el leve rastro de un instante redondo,
y pasan de ser de lluvia a ser del río,

así, igual cuando esos ojos miran,
contestan mil preguntas
que estaban expectantes y escondidas
y pasan de ser duda a ser del río.

Los alfabetos nuevos

Esta vez ni imagen atraemos,
pues aquí y ahora se trata de indagar en  las claves que
se cree poseer cuando los alfabetos nuevos empiezan a ser inteligibles.
¿Dónde se almacenaba toda la información antes de ser comprendida?
¿Y dónde está toda la información de lo que aún no comprendemos?

Algo se sabe.
Cuando una información nueva penetra en un sistema, cambia dicho sistema.
Hay sistemas abiertos, en permanente conexión y flujo con todo lo que es, cuya estabilidad es,
sencillamente, ser permanente cambio.
Sin embargo, aquellos sistemas cerrados, nada cambiarán a menos que nueva información penetre en ellos...
mientras tanto, lo único que manejan -eso sí moldeándola de infinitas maneras- es lo que allí había.

Para que se produzca un cambio real en un sistema, este ha de abrirse...
...y ojalá que sea capaz de permanecer abierto: siempre en presente, siempre aprendiendo...

Y ahora sí, un poco de música.

Esa tierra de nadie

No saber qué hay ahí
y saber que es preciso descubrirlo a toda costa.

Permanecer atenta y ver qué es lo que ocurre,
más allá del hábito adquirido de detenerse en el momento crítico,
cuando entonces sobreviene el peso del mundo.

No, ahora atravesar esos dinteles de la mente y penetrar el tiempo sin dudar
entonces saber que el puente de la ilusión en que nos apoyamos
desaparece
y allí sigue todo.

Tú, cuya mano.

El cuerpo necesita a la conciencia,
pero la conciencia no necesita al cuerpo.

Tú, cuya mano.
por ejemplo, este poema hecho canción; cualquier imagen, lo que sea que aparece como información,  se ancla en algún lugar cuando toma cuerpo, mientras tanto, es siempre indivisible de ese fluir sin partes.

En cualquier lugar...

Atención,
en cualquier lugar
nos está hablando la vida...

...a mediodía, girando el coche para aparcar a la puerta de casa de unos amigos.

La música convertida en llama.

Lo que se escapa...

Aquel que puso nombre a las estrellas, y las nombra...
que venga ahora y cuente los granos de arena,
pues,
si lo puede todo,
sabrá también contar las veces que me descubro
sin remedio,
pensando en él.

El amor lo llena todo

Estando en eso
es posible vaciarse de todo lo conocido
porque el amor lo llena todo.

Todo es

Se puede abandonar
el hábito de tener que poner nombre a lo que se percibe...

...en la mayoría de las ocasiones, lo percibido se sabe a sí mismo
y se basta sin nombre,
no precisa de fronteras,
la mente que se diluye en la inmensidad de lo que capta,
deshace el hábito de estar captando, atrapando realidades, tomando posesión de lo que se vive...
y entonces,
todo es.

Espiral

Espiral en el cuenco de la mano,

pequeñísimo rastro de mar.

Atrapa

conecta 

sabe;

aliento del vivir

unida a quieta y silenciosa danza

que ahora se contempla consciente.

Caracola en las lineas de la mano,

encrucijada, destino y piel.

De lo aprendido, 

la edad traza muescas vivas

en indescifrable alfabeto que espera ser leído

una y mil veces en espirales

incandescentes.

Luciérnaga

En medio de la noche,
ese fascinante brillo de la luciérnaga...
...qué emoción maravillosa.

Lo mismo que en la oscuridad de la percepción,
ese fascinante rapto de la comprensión...
...ese atronador volcán volcándose a todo,
traspasa cualquier barrera
y se sabe
encendido por ese destello de asombro
y alegría.