lunes, 7 de octubre de 2013

Yérguete Arjuna

Viéndole tan lastimeramente desalentado y que se le arrasaban los ojos en lágrimas, díjole Krishna a Arjuna estas palabras:
-¿De qué te viene, oh Arjuna, ese innoble e infamante abatimiento que cierra las puertas del cielo?
No cedas a la impotencia, oh Arjuna, que no sienta bien en ti. Sacude esa vil pereza de corazón, yérguete Arjuna.


 En el corazón de todos los seres mora el Señor, oh Arjuna, por su ilusionante poder de diferenciación, los mueve a evolucionar cual si atados estuvieran a rueda de alfarero.
Vuela hacia él, para refugiarte. Obtendrás en él la suprema paz, la sempiterna morada.
Te declaré la suprema sabiduría, medítala ahora y obra luego a tu albedrío.










Posa tu mente en mí, sé mi devoto...y de este modo llegarás a mi...desiste de toda religiosa obligación.... nada digas de esto al mundano ni al impío ni al que no quiere oir ni al que de mí maldice...








Del Bhagavad Gita

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