Arranca de la tierra los colores calientes.
Coexistiendo
en el pantone de sus recovecos toda su gama cromática,
la ciudad roja desafía
y desconcierta a la mente,
que colapsa al perder sus límites...
En el encuentro con espacios olvidados,
deconocidos,
repudiados...
descubre
rincones olvidados del sí mismo
y obliga
a desplegarse
ante la gama infinita que acude a los sentidos.
Desaparecer entre la multitud atronadora
para resurgir en la profunda unción de su silencio.
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