domingo, 27 de mayo de 2012

Quietud de las quietudes




























Quietud de las quietudes,
saber del sabio,
centelleante socarrona chispa,
dulce sonrisa y amoroso tacto.
No hay caricia mejor que esa mirada
desasida de todo lo que cabe
en el temblor del cielo en que se abre
para bañar hasta la luz y el aire.
Una mirada así
la vida vale,
rueda de vidas en filo
fiero de cuchillos luchadores
frenando una y otra, la sed inagotable.
Auténtico sentido de la vista,
saber que sabe del sabor,
verdad tan firme. Mirada
inexpugnable, honda abisal,
mar de amor,
compasiva y humilde, sabedora de su poder
y seductora más
si cabe,
mirada tímida que todo lo libera,
cuando ella misma en lágrimas
se inunda,
nacen de sí los mares adonde llegan
ríos de vida al fin,
a desnudarse.



1 comentario:

Antonio Caro dijo...

Bellísimo, poema, Pilar.
Te felicito.