Siempre que aparece el miedo, algo relativo al no-ser lucha por no dejar de existir.
Aún careciendo de existencia real, al sujeto que percibe con miedo le parece real.
Se teme a perder algo, a dejar de poseer algo, ya sea la vida, la ausencia de dolor, el placer, la atención y cuidado de los otros, el cariño, la salud, la identidad... Cada vez que el miedo emerge -consciente o inconsciente- algo irreal quiere seguir siendo realidad, porque un sujeto así lo quiere.
Mientras haya un sujeto que se perciba de algún modo separado de la conciencia misma, el miedo acecha; cualquier sujeto, excepto el Atman, lucha por seguir existiendo y engrendra miedo a dejar de existir.
Sólo la conciencia misma está exenta de miedo, cualquier otro sujeto, asociado a cualquier estado de conciencia que no sea meditación, es susceptible de experimentar miedo.
El miedo no puede existir en presencia del amor o del saber, como la oscuridad no tiene realidad en presencia de la luz. El miedo no existe cuando es la conciencia misma la que percibe.
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