He ahí el hueco prodigioso y pródigo,
espacio
donde traer vida a la vida.
Quieta extensión de la madera
vacío tímido entretanto,
ahora eco
de primavera verde.
Fin del verano,
corazón del bosque
vaciado de esperas y de vuelos
caparazón de trinos,
abrazo de la arcilla,
grial mullido
en medio de la tarde.
¿A quién aguardas, nido, tan perfecto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario