El olor a tierra mojada y a heno húmedo es una delicia en esta noche.
Aplaca el fuego del día, y mece a los grillos
que se mezclan con el aroma para tomar relevo de lo que se atisba entre las sombras.
Deja que suceda,
aquel canto, viene de pronto a ser parte de esa oscuridad confiadamente
sabiendo que lo que viene
conviene.
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