Mientras el aire ondula la faz del agua,
la tierra la sostiene,
el sol descubre en ella los colores circundantes, su transparencia;
el agua lo sabe todo del aire, de la tierra y de la luz.
Ultima el útero su danza sigilosa
antes de salir a beber del manantial de la vida.
La gravidez de esta tarde redonda y plena,
savia, sabiduría maternal y oronda,
la espera atenta:
se escucha al padre cuidando
afanosamente del jardín, feliz.
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